En la Cerámica El Salto, de El Santuario, se pueden apreciar las ruinas de los hornos de lo que fue la primera industria de la cerámica en América Latina y donde se elaboraron grandes obras de arte.

Cuenta con tres hornos con los cuales se quemaban, hasta brillar y dorar, los productos que se fabricaban. Desde El Salto salieron baldosas, baldosines y pasamanos que actualmente decoran los templos de Rionegro, Envigado, Concepción, Santo Domingo, Marinilla y El Santuario. En la Plaza José María Córdova se encuentra también una hermosa fuente, inaugurada en 1913 y construida por Francisco Moreno en esta fábrica.

Los hornos están construidos con pequeños adobes de barro (fabricados allí mismo) que superpuestos y pegados con argamasa, dejan ver lo que era la calidad y la estética de estas mamposterías.

Aunque persisten solo las ruinas de lo que fue un fructífero complejo industrial para la época, las mismas representan sinónimo de raza, trabajo, valor, pujanza y nobleza, lugar donde se forjó historia y tradición santuariana.

En este lugar, además de las ruinas, se actualmente actualmente un parque ambiental y tres cascadas rodeadas por vegetación nativa y un sendero de interpretación ambiental.

Foto: Flickr.

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