En las estribaciones de la Cordillera Central, en el Páramo de Sonsón, nace uno de los ríos más biodiversos y maravillosos de este país: el río Samaná. Por su recorrido se distingue entre Norte y Sur.
Entre montañas agrestes se abre paso este gigante, cuyo cause aumenta a medida que desciende de las altas montañas, en su tránsito por Argelia, Nariño, El Carmen de Viboral y San Francisco. A su vez, serpenteante en su paso por el municipio de San Luis, en un recodo de la autopista Medellín-Bogotá, deja ver su enorme dorso, que en días de verano tiene un color verde esmeralda.
Este afluente recoge aguas del río Verde (de los Montes y de los Henaos), Santo Domingo, Calderas, Dormilón y Guatapé, donde este último recoge también a los ríos San Carlos y Bizcocho. El Samaná desemboca en el río La Miel, a una altura de 150 metros sobre el nivel del mar, para finalmente verter sus aguas en el río Magdalena.
El río Samaná es considerado la única fuente hídrica de Antioquia donde no hay muros de contención que se interpongan en su cauce natural, no obstante, en la actualidad se proyectan algunas iniciativas hidroeléctricas para el uso de su recurso.
Río Samaná, en su paso por San Luis (autopista Medellín-Bogotá) | Foto: En Mochila 2.
