El Peñol comenzó a escribir las páginas de su historia desde 1654 con la obra misionera del Fray Miguel de Castro y Rivadeneira, a quien la tradición local reconoce como su fundador. En 1714, las autoridades españolas de la época otorgaron la fundación del pueblo de indias que inicialmente fue denominado Resguardo Indígena de San Antonio del Remolino de El Peñol. Posteriormente, en 1774 fue erigido como parroquia y como municipio con el nombre de El Peñol.
La leyenda del dragón azul
Narra José Nevardo García Giraldo, coordinador del Museo Histórico de El Peñol, que a principios del siglo XX se originó la leyenda que la tradición oral atribuye a José Dolores Giraldo, sacerdote de la época, sobre su profecía de que un dragón azul se tragaría al municipio
Según consta en el diario personal del consagrado, cuenta García Giraldo, el sacerdote, caracterizado por una devoción mariana, se maravilló con una de las rocas del municipio denominada la Piedra de El Marial, y tras un profundo sueño en aquel lugar y en el que “entabló un diálogo amoroso con la Virgen”, decidió que levantaría allí un pueblo que denominaría Marialía.
Tras aproximados 10 años de intentar infructuosamente llevar a cabo su proyecto a causa de fenómenos naturales que destruían lo construido, José Dolores Giraldo atribuyó las dificultades a una acción del demonio y en un “acto de desespero” en una homilía de un Jueves Santo lanzó su profecía. Aunque esto último no está consignado en su diario, aclara el historiador, la tradición oral se encargó de trasmitir dicha creencia que desde entonces ha sido muy valorada por la comunidad y los estudiosos de la historia local.
Una premonición que se hace realidad
En 1978 El Peñol fue inundado por completo en su cabecera urbana y algunas de sus planicies rurales para dar paso al embalse que hoy alimenta a la hidroeléctrica de Guatapé. Desde entonces en el municipio se habla de un Viejo Peñol para hacer referencia al que quedó sepultado por las aguas y a un Nuevo Peñol para hablar del actual y moderno casco urbano.
Las aguas que cubrieron las calles y el parque de aquel pueblo con 264 años de historia en su momento, fueron asociadas entonces con el anuncio en aquel día santo. Curiosamente, manifiesta el Coordinador del Museo Histórico, “visto en forma aérea el embalse tiene realmente la forma de un dragón y muchas personas dicen que se cumplió la profecía del padre José Dolores”.
Tras un proceso social para no dejar morir su historia, la construcción del Nuevo Peñol se concretó en la elaboración del Contrato Maestro. Así, de la mano de sus líderes y de su comunidad, similar al ave mitológica que renació de las cenizas, de las aguas resurgió El Peñol, un municipio con más de 300 años de una historia que, con dignidad, no dejaron morir y sobre la cual construyen su futuro desde entonces…