San Luis está ubicado en medio de un ecosistema de gran biodiversidad. En sus montañas habitan diversas especies silvestres, algunas de ellas endémicas. Las piscinas naturales y las cascadas que forma el río Dormilón son muy apreciadas por los turistas que allí pueden disfrutar un baño refrescante.

El Corregimiento El Prodigio también es una excelente opción para visitar y explorar zonas de cavernas, grutas y hallazgos arqueológicos indígenas, además de que recientemente fue declarada zona de conservación por parte de la autoridad ambiental.

Según los historiadores, un virtuoso prelado de nombre Clemente Giraldo, animó a algunos feligreses del entonces municipio “Vahos” (hoy Granada), para que emprendieran otra exploración colonizadora, diferente a adentrarse al Viejo Caldas o lejos de su territorio. Propuso la  posibilidad de desarrollar cultivos fértiles en las vertientes del río Magdalena, principalmente en las hoyas del río Samaná y Calderas.

La idea fundamental, como sucedió con toda la Colonización Antioqueña, consistía en abrir rutas nuevas por las grandes regiones prácticamente vacías e inexploradas. Así fue como alzaron rumbo con sus mulas y familias algunos colonizadores.

El grupo se asentó inicialmente cerca a el río Calderas, en un paraje llamado Bodegas, donde se establecieron en un nuevo lugar al que llamaron San Pablo; luego se adentraron por las zonas de La Tebaida, para luego continuar su exploración hacia las zonas del cerro El Castellón desde donde un 25 de agosto de 1876 divisaron lo que hoy es el territorio o casco urbano de San Luis.

Los colonos, muy católicos, llamaron San Luis a este paraje por la fecha del descubrimiento, aunque ese día corresponde a San Luis Rey de Francia, decidieron dejarlo en vehemencia de San Luis Gonzaga, un santo joven, por quien profesaban mayor devoción.

San Luis rápidamente pasó de ser un caserío a ser un municipio independiente solo seis años después de ser fundado.